viernes, 13 de enero de 2012

Wines, Spirits and beer Intelligence

Si en el Gran Consumo en general construir una marca fuerte es primordial para resistir las embestidas, cuando hablamos de Vinos, Cervezas o otras bebidas alcohólicas, la marca y el sabor (el organoléptico y el percibido) lo es prácticamente todo. El consumo se basa mucho más en factores emocionales que en factores racionales, el precio tiene un peso muy relativo respecto a la marca y eso hace que encontrar ese activo intangible emocional que proporcione una ventaja competitiva se convierta en el objetivo número uno. Por ello es importante entender bien el mercado, conocer sus deseos más profundos y ofrecerles lo que quieren. No basta con conseguir esa diferenciación con algún aspecto emocional, hay que mantenerlo y por eso es necesario continuamente monitorizar la salud de la marca en toda su amplitud respecto al resto de competidores.



En cuanto a los competidores, es primordial conocer en profundidad toda bebida que pueda suponer un competidor y romper ciertos paradigmas, como por ejemplo «por la tarde Cerveza, en la cena Vino y por la noche Ron». Entender las motivaciones más profundas del consumo de cada bebida en cada momento del día nos ayudará a estar alerta y a aprovechar las oportunidades.

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